Beatriz Pottecher: "La ficción sobrepasa el destino y retrata una época"
Presenta Arroz con mango, las peripecias de una madrileña en el caribe insular
Tras quince años sin pasarse por la novela, Beatriz Pottecher (Madrid, 1961), "una loca de las letras" regresa al género con Arroz y mango (La Esfera de los libros) presentada hoy en Madrid. Una historia de una occidental, la niña Darling, que es a la vez una vindicación del lenguaje y de la ficción, tan vilipendiada hoy, "que sobrepasa el mero destino del hombre, retrata una época y conecta mejor que ningún arte con la mente del lector".
Arroz y mango es una expresión caribeña que aquí traduciríamos algo así como "mezclar la velocidad con el tocino". Se trata de un plato extraño que suma dos ingredientes disímiles "que no funcionan". Y es que de cocina hay mucho en esta historia pues, a fin de cuentas, cocinar es, según la autora, "la única manera de amar completamente a los demás". Pero además de gastronomía en Arroz con mango hay una peripecia de pérdida y confusión en un lugar exuberante en el que no resulta sencillo escapar del delirio. Y hay también una historia muy dura sobre el maltrato a la mujer.
Amante de la literatura del boom, de Gabo, Cortázar o Carpentier pero también de autores menos conocidos como "el genial" José Eustaquio Rivera, Pottecher ha querido ensayar en su última novela el viaje inverso al que hicieron en su día aquellos escritores latinoamericanos, en este caso de Europa a América, para trasladarnos la dulzura y expresividad de su español, pero también lo opresivo de algunos de sus Gobiernos. Y es que la isla caribeña escenario de la historia se descubrirá al final como la venezolana Trinidad, y la autora no omite una crítica demoledora a un país arrasado por el comunismo del siglo XXI de Chávez -como tampoco a Cuba o Nicaragua-. Hasta tal punto que exclama: "Si leen la novela no me dejarán volver allí aunque lo cierto es que dudo mucho que les dejen leerla...".
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